Para trascender en el ruido digital, los profesionales de la salud deben conectar con su "por qué" o la transformación que buscan en sus pacientes, lo que genera una conexión auténtica y duradera.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit proin mi pellentesque lorem turpis feugiat non sed sed sed aliquam lectus sodales gravida turpis maassa odio faucibus accumsan turpis nulla tellus purus ut cursus lorem in pellentesque risus turpis eget quam eu nunc sed diam.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit proin mi pellentesque lorem turpis feugiat non sed sed sed aliquam lectus sodales gravida turpis maassa odio.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit consectetur in proin mattis enim posuere maecenas non magna mauris, feugiat montes, porttitor eget nulla id.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit ut suspendisse convallis enim tincidunt nunc condimentum facilisi accumsan tempor donec dolor malesuada vestibulum in sed sed morbi accumsan tristique turpis vivamus non velit euismod.
“Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit nunc gravida purus urna, ipsum eu morbi in enim”
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit ut suspendisse convallis enim tincidunt nunc condimentum facilisi accumsan tempor donec dolor malesuada vestibulum in sed sed morbi accumsan tristique turpis vivamus non velit euismod.
Vivimos en una época en la que todo parece urgente. Publicar en redes, responder mensajes, atender a pacientes, probar una nueva herramienta digital, revisar métricas, compararnos con lo que otros hacen… y así los días siguen y siguen.
Y en medio de tanto ruido, ¿qué pasa? Perdemos de vista lo esencial: ¿por qué estamos haciendo lo que hacemos?
Esta pregunta es la que, más de una vez, me ha obligado a detenerme, apagar notificaciones y volver a escucharme.
Porque sí, a veces parece que el mundo digital es una competencia de quién grita más fuerte. Pero los que realmente logran trascender en mi experiencia no son los que hacen más ruido, sino los que hablan desde un lugar genuino, profundo, transformador.
Simon Sinek lo resume en una frase poderosa: “Las personas no compran lo que haces, compran por qué lo haces.”
En el caso de quienes trabajamos en salud y bienestar, este “por qué” va mucho más allá de hacer dinero (aunque, claro, también necesitamos que nuestro negocio sea rentable).
En mi opinión el verdadero motor de estos proyectos es esa transformación que quieres ver en el mundo:
Tu “por qué” está en ese momento en el que ves a alguien y reconoces que tu trabajo no sólo resolvió un problema, sino que le devolvió algo diferente, algo mejor.
Cuando decides digitalizar tu práctica, el ruido se multiplica:
Y aunque muchas de estas recomendaciones son útiles, también pueden convertirse en distracciones si no están alineadas con tu voz y propósito.
Aquí hay una verdad incómoda: no necesitas hacer lo mismo que todos los demás para tener éxito. Necesitas claridad, foco y una estrategia que refleje tu forma única de acompañar y transformar.
Encontrar tu voz para mí no es solo encontrar un “tono de marca”. Es algo mucho más íntimo:
Cuando comunicas desde ese lugar, las personas no solo te escuchan: se sienten vistas, reconocidas y acompañadas. Y esa conexión es la que convierte seguidores en pacientes, pacientes en embajadores, y tu práctica en un verdadero movimiento.
Una de las preguntas más poderosas que puedes hacerte es:
“¿Qué cambio quiero ver en el mundo y cómo mi proyecto puede ser una parte de ese cambio?”
No se trata de cambiarlo todo, pero sí de contribuir con lo que sabes hacer mejor:
Ese cambio no es abstracto. Es concreto, se traduce en cada sesión, en cada contenido, en cada interacción. Y toca diferentes puntos de contacto de tu proyecto, y lo hace con orgullo, con determinación.
Aunque no lo parezca, para comunicar mejor necesitas aprender a guardar silencio.
Silencio de redes, silencio de comparaciones, silencio de “lo que deberías estar haciendo”.
En ese espacio sin ruido es donde aparece la claridad.
Es donde puedes definir con calma:
De hecho, el silencio se convierte en una herramienta estratégica: te permite alinear tu mensaje con tu propósito antes de lanzarlo al mundo digital.
Cuando construyes tu práctica digital desde este lugar de claridad:
Y sí, claro que usas herramientas digitales, anuncios, redes sociales y sistemas… pero no son el centro de tu proyecto, sino los canales a través de los cuales se amplifica tu voz. Tu trabajo no es hacer contenido, es compartir tu voz a través de ese contenido, de esos lugares.
Recuerdo una vez que me obsesioné con “crecer seguidores”. Publicaba todos los días, probaba formatos, invertía horas en ideas que apenas daban resultados. Hasta que me detuve y me pregunté:
”¿Estoy publicando para ayudar o solo para llenar un calendario?”
La respuesta fue incómoda, pero liberadora. Desde entonces, cada contenido que creo pasa por un filtro muy simple: ¿esto realmente ayuda a alguien a transformar algo en su vida?
Esa decisión cambió todo: menos publicaciones, pero más profundas; menos ruido, más impacto. Mi intención es delegar el descubrimiento (sí pago anuncios), para que me encuentres y de ahí, que conectes con una persona como tú, que comparte un mensaje, una manera de servir.
Si eres profesional de la salud y bienestar y estás en este proceso de “digitalizar tu práctica”, mi invitación para ti es muy simple:
Antes de pensar en qué red abrir, qué curso tomar o qué software usar, regresa a tu voz, a tu mensaje, a tu por qué. Realiza un inventario de éxitos, de sonrisas, de eso momentos en los que apoyaste a alguien.
Pregúntate qué cambio quieres ver y cómo tu proyecto, tu voz, tu mensaje, tu conocimiento, puede aportar a ese cambio.
Escribe tu “por qué” y hazlo tan claro que lo puedas repetir en una frase sencilla.
A partir de ahí, es más sencillo acomodar todo lo demás: tu estrategia, tu comunicación, tu comunidad.
El mundo no necesita más mensajes vacíos ni más promesas grandiosas. Necesita voces auténticas, comprometidas y con intención de servir a otro..
Y tú ya tienes esa voz. Solo necesitas recordarla y darle el espacio para salir.
En el fondo, lo que haces cada día no es “crear contenido” o “vender sesiones”: es invitar a las personas a vivir de otra manera.
Y esa, créeme, es la invitación más poderosa de todas.