
Maneja objeciones y cobra lo justo en tu negocio de salud y bienestar, comunicando el valor de tus servicios con confianza y claridad.

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit proin mi pellentesque lorem turpis feugiat non sed sed sed aliquam lectus sodales gravida turpis maassa odio faucibus accumsan turpis nulla tellus purus ut cursus lorem in pellentesque risus turpis eget quam eu nunc sed diam.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit proin mi pellentesque lorem turpis feugiat non sed sed sed aliquam lectus sodales gravida turpis maassa odio.

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit consectetur in proin mattis enim posuere maecenas non magna mauris, feugiat montes, porttitor eget nulla id.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit ut suspendisse convallis enim tincidunt nunc condimentum facilisi accumsan tempor donec dolor malesuada vestibulum in sed sed morbi accumsan tristique turpis vivamus non velit euismod.
“Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit nunc gravida purus urna, ipsum eu morbi in enim”
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit ut suspendisse convallis enim tincidunt nunc condimentum facilisi accumsan tempor donec dolor malesuada vestibulum in sed sed morbi accumsan tristique turpis vivamus non velit euismod.
Hay un tema que se repite constantemente en los negocios de salud y bienestar: el miedo a cobrar.
Quizá lo has sentido: te cuesta poner un precio a tus servicios, dudas al momento de decirlo en una llamada, terminas ofreciendo descuentos sin que te los pidan o, incluso, regalas tu trabajo “para no incomodar”.
Lo entiendo. Nuestro sector está profundamente conectado con el servicio, con el deseo genuino de ayudar. Pero aquí está la verdad incómoda: no cobrar lo justo no ayuda a nadie.
En este artículo quiero hablarte de cómo perder el miedo a cobrar, cómo manejar las objeciones más comunes de tus prospectos y cómo generar confianza en el valor real de lo que ofreces.
El miedo a cobrar tiene raíces profundas:
El resultado: precios demasiado bajos, exceso de trabajo y agotamiento.
Pero la realidad es que cobrar lo justo honra tanto tu trabajo como el compromiso de tus clientes.
Aquí quiero proponerte un cambio de mentalidad.
Cobrar no significa aprovecharse, significa valorar tu trabajo y facilitar que la persona se comprometa con su propio proceso.
Piensa en esto:
Cobrar es una manera de servir mejor.
En el momento de presentar tu precio, es normal que aparezcan objeciones. Aquí te comparto las más frecuentes y cómo responderlas de manera empática y profesional.
Lo primero es no tomártelo personal. Esta frase no significa que tu servicio no valga, sino que la persona aún no percibe el valor real.
Respuesta posible:
“Entiendo que te parezca una inversión alta. Justamente porque sé que no es un gasto, sino un proceso que puede cambiar cómo vives tu día a día. Lo que aprenderás aquí lo vas a aplicar mucho más allá de estas sesiones.”
A veces es cierto, pero otras es una forma de decir que no es prioridad.
Respuesta posible:
“Lo entiendo. Mi recomendación es que pienses si este es el momento adecuado para ti. El dinero siempre es un factor, pero también lo es tu bienestar. Lo que decidas está bien, lo importante es que sea coherente con lo que quieres lograr.”
Muchas veces significa que la persona necesita más claridad.
Respuesta posible:
“Perfecto. ¿Hay algo específico que quieras preguntarme o que no haya quedado claro sobre el programa? Estoy aquí para resolver cualquier duda antes de que decidas.”
Una de las claves para manejar objeciones es no centrarte en justificar el número, sino en resaltar el valor y la transformación.
En lugar de decir:
“El programa cuesta $300 porque incluye 6 sesiones, materiales y seguimiento…”
Prueba con:
“Este programa está diseñado para que en 8 semanas dejes de sentirte agotado todo el tiempo y recuperes tu energía. Incluye herramientas prácticas y mi acompañamiento para que no tengas que hacerlo solo.”
Las personas no compran sesiones ni horas, compran resultados.
Todos hemos empezado ofreciendo sesiones gratuitas para darnos a conocer, y está bien. Pero llega un punto en que seguir regalando tu trabajo solo desgasta y confunde a tu audiencia.
Estrategias para dar valor sin regalarte:
Recuerda: dar gratis puede abrir puertas, pero cobrar te permite sostener tu misión en el tiempo.
Aquí te comparto pasos prácticos que puedes aplicar desde hoy:
Cuando fijas un precio, no solo cobras por las horas de sesión. Estás cobrando por:
Todo eso suma valor, aunque no siempre lo digas explícitamente.
He visto cómo el simple hecho de ajustar la mentalidad hacia el cobro cambia por completo un negocio.
El cambio empieza por dentro.
Si quieres empezar a cobrar con más confianza, te propongo:
En el mundo del bienestar, cobrar lo justo no es un obstáculo, es una manera de sostener tu misión. Manejar objeciones con empatía, hablar desde el valor y perder el miedo a regalar tu trabajo son pasos necesarios para crecer y para servir mejor.
Recuerda: tu conocimiento y tu acompañamiento tienen un valor enorme. Cuando cobras con claridad y sin miedo, no solo transformas tu negocio, también das a tus clientes la oportunidad de comprometerse de verdad con su propio proceso.