La publicidad digital no es un gasto, es una inversión en confianza, visibilidad y crecimiento. Empieza a entender cómo dar los primeros pasos con seguridad y estrategia.
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¿Alguna vez has sentido ese nudo en el estómago cuando piensas en invertir dinero en publicidad para tu negocio? No estás solo. He visto a muchísimas personas en el sector de la salud y el bienestar paralizadas por el miedo a gastar y no ver un retorno. Pero, ¿qué pasaría si te dijera que ese miedo es lo único que se interpone entre tu oferta y las personas que la necesitan?
En una de mis sesiones privadas, alguien me compartió exactamente este sentimiento: "Tengo miedo a invertir en publicidad". Y mi respuesta, y la que quiero que te lleves hoy, es que la publicidad no es un gasto, es una inversión. Una inversión que, si se hace bien y con la mentalidad correcta, puede transformar tu negocio.
Aquí te guiaré a través de los fundamentos para empezar con un presupuesto pequeño, cómo ver la publicidad como una herramienta de crecimiento a largo plazo y, lo más importante, cómo dejar de lado ese miedo para empezar a construir la marca y la audiencia que siempre has soñado.
Antes de hablar de presupuestos o plataformas, hablemos de mentalidad. La publicidad digital es una herramienta poderosa, pero no es magia instantánea. No se trata de hacer la inversión y esperar que mañana te lleguen 100 clientes. Es un proceso, y como cualquier proceso, requiere paciencia y persistencia.
Entender esto es crucial. La publicidad es una inversión que puede tener un retorno no lineal. Es decir, es posible que los primeros días o semanas no veas un retorno directo en ventas, pero cada anuncio que se muestra está haciendo algo invaluable: está construyendo familiaridad y confianza con tu audiencia a lo largo del tiempo.
Piensa en las grandes marcas. No se hicieron famosas de la noche a la mañana. Sus anuncios están siempre ahí, en todas partes. Esa presencia constante hace que, cuando necesites un producto o servicio de su sector, su nombre sea el primero que te venga a la mente. Tu objetivo, en tu nicho, es lograr lo mismo.
Bueno, suficiente de teoría. Vamos a la práctica. Una de las preguntas más frecuentes es: "¿Cuánto necesito para empezar?". Mi recomendación para empezar a obtener tracción y resultados, es un presupuesto inicial de 175 USD mensuales.
¿Por qué esa cifra? Es un punto intermedio que te permite hacer pruebas. Con 175 USD al mes, puedes invertir alrededor de 5 USD al día. Este monto es suficiente para que las plataformas de anuncios, como Meta (Facebook e Instagram), puedan empezar a mostrar tu anuncio a un número significativo de personas y, lo más importante, te empiecen a dar reportes sobre cómo les está yendo.
Con esa inversión, no vas a arriesgar tu estabilidad financiera, pero sí vas a obtener datos valiosos. Podrás ver qué tipo de público reacciona mejor, qué imágenes o videos funcionan y qué mensajes resuenan con tu audiencia. Esta información es tu verdadero activo, porque te permitirá optimizar tus campañas y, con el tiempo, invertir de manera más inteligente.
Recuerda lo que te dije antes: la publicidad es una inversión a largo plazo. No se trata solo de conseguir un clic o un mensaje, se trata de construir una relación.
Un error común es que la gente lanza un anuncio, invierte una pequeña cantidad y si no ve ventas directas en los primeros días, lo apaga y concluye que "la publicidad no funciona". Esa es la mentalidad que debemos cambiar. La presencia constante de tu anuncio construye confianza. Es como si estuvieras en una fiesta y ves a la misma persona varias veces, hablando con distintos grupos, con una sonrisa. Al final de la noche, es mucho más probable que te acerques a ella para conversar que si la hubieras visto solo una vez de lejos.
Tus anuncios son como esa persona. Cada vez que alguien de tu audiencia ve tu anuncio, se va creando un lazo invisible de familiaridad. Y cuando llegue el momento en que esa persona necesite tu servicio, ya no serás un desconocido, serás una opción confiable.
Cuando te enfrentes a ese miedo, pregúntate: "¿Cuánto vale mi proyecto o producto?". Si tu servicio, por ejemplo, es una membresía mensual que cuesta $50, necesitas un enfoque distinto a si vendes un programa de acompañamiento de $1000.
El costo de adquisición de clientes (CAC) es el dinero que gastas en publicidad para conseguir un nuevo cliente. La clave es que tu CAC sea significativamente menor que el valor de por vida de ese cliente (LTV). Si gastas $50 para conseguir un cliente que te va a pagar $500 en total a lo largo de su relación contigo, esa es una inversión más que rentable.
Si te cuesta $100 adquirir un cliente que te compra un producto de $120, la rentabilidad es baja. Pero si ese mismo cliente vuelve a pagar por tus servicios a lo largo del tiempo, tu inversión inicial se justifica. Enfócate en el valor total de tu proyecto y no solo en la primera venta.
Para ilustrar mejor todo esto, veamos algunos escenarios:
El mayor riesgo que puedes tomar en tu negocio no es gastar 175 USD en publicidad; el mayor riesgo es no hacerlo y quedarte en el mismo lugar. El mundo digital avanza muy rápido, y la visibilidad es la moneda de cambio.
Mi consejo final es este: comienza con ese presupuesto de 175 USD al mes, ve la publicidad como un juego de aprendizaje, y mantén la consistencia. No dejes que el miedo te paralice. Los clientes que te están buscando, ya están ahí afuera. Y tu trabajo es hacer que tu marca sea lo suficientemente visible para que te encuentren.