Definir un mínimo viable en tu negocio de bienestar te permite validar ideas, atraer clientes y crecer paso a paso sin esperar la perfección.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit proin mi pellentesque lorem turpis feugiat non sed sed sed aliquam lectus sodales gravida turpis maassa odio faucibus accumsan turpis nulla tellus purus ut cursus lorem in pellentesque risus turpis eget quam eu nunc sed diam.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit proin mi pellentesque lorem turpis feugiat non sed sed sed aliquam lectus sodales gravida turpis maassa odio.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit consectetur in proin mattis enim posuere maecenas non magna mauris, feugiat montes, porttitor eget nulla id.
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit ut suspendisse convallis enim tincidunt nunc condimentum facilisi accumsan tempor donec dolor malesuada vestibulum in sed sed morbi accumsan tristique turpis vivamus non velit euismod.
“Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit nunc gravida purus urna, ipsum eu morbi in enim”
Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipiscing elit ut suspendisse convallis enim tincidunt nunc condimentum facilisi accumsan tempor donec dolor malesuada vestibulum in sed sed morbi accumsan tristique turpis vivamus non velit euismod.
Si eres coach, terapeuta o profesional del bienestar, probablemente tengas mil ideas en la cabeza: programas, talleres, cursos online, retos, membresías. Y con tanta inspiración también llega la parálisis: ¿por dónde empezar? ¿qué construir primero? ¿cómo saber si funcionará antes de invertir tanto tiempo y energía?
La respuesta está en un concepto que puede transformar tu forma de emprender en el mundo digital: el mínimo viable.
En este artículo quiero mostrarte qué es, cómo aplicarlo a tu negocio de salud y bienestar, y por qué es la clave para pasar de la idea a la acción sin perder autenticidad ni desgastarte en el camino.
El “mínimo viable” es una versión simplificada de tu idea que te permite probarla rápido, con poco esfuerzo y bajo costo, para validar si realmente conecta con tu audiencia.
No es tu producto final perfecto. No es la versión “soñada” de tu programa. Tampoco es algo improvisado o de mala calidad.
Un mínimo viable es una primera versión funcional que cumple dos objetivos:
En negocios de salud y bienestar, es común querer que todo salga impecable desde el inicio: el curso con 20 módulos grabados, la membresía con decenas de recursos, la web súper profesional.
El problema es que eso puede llevar meses (o años) y al final no sabes si realmente alguien quiere lo que ofreces.
El mínimo viable evita eso porque:
En este sector, donde la confianza y la cercanía son clave, empezar pequeño y auténtico es mucho más efectivo que esperar la perfección.
Aquí tienes formas prácticas de aplicar el concepto:
La idea no es hacer menos, sino hacer lo suficiente para aprender rápido.
¿Qué transformación concreta quieres que viva tu cliente? Ejemplo: “Reducir la ansiedad en 4 semanas con técnicas simples.”
¿Cuál es la forma más directa de entregar esa transformación? ¿Un taller, un reto corto, un grupo pequeño?
No necesitas 20 lecciones, solo los pasos mínimos para guiar a tu cliente a ese resultado inicial.
Explica qué es, a quién está dirigido y qué resultado obtendrán. Incluye un botón de registro o pago.
Pregunta a los participantes: ¿qué les funcionó más? ¿qué mejorarían? ¿qué les gustaría aprender después?
Muchos profesionales no lanzan porque sienten que aún no están listos. Pero la verdad es que el mercado te dirá cuándo estás listo.
Puedes pasar meses preparando un curso perfecto y al final descubrir que tu audiencia prefería algo más práctico.
El mínimo viable es un antídoto contra esa parálisis. Te da permiso de avanzar con lo que tienes hoy, y eso ya es más que suficiente.
Algunas trampas en las que es fácil caer:
Más allá de validar tu idea, un mínimo viable te da insights valiosos:
Con esta información, podrás mejorar tu siguiente versión y acercarte cada vez más a lo que tu comunidad realmente necesita.
Si quieres aplicar esto ya, aquí tienes una mini-guía:
Definir un mínimo viable en tu negocio de bienestar no es bajar tus estándares, es honrar tu energía y la de tu comunidad. Te permite salir del círculo de la planificación eterna, validar tus ideas con clientes reales y construir tu negocio paso a paso, de manera sostenible.
Recuerda: cada programa exitoso que hoy ves en el mercado empezó con una versión mínima.
Y tú también puedes dar ese primer paso hoy, con lo que tienes a la mano, confiando en que la claridad y la mejora llegarán en el camino.